El libro flotante de Caytran Dölphin

 

#82

Te interrumpes de pronto y dices un nombre, anzuelo de sílabas para el ojo hambriento. Allí están inéditos cormoranes y pinzones, inéditos el mirlo, la grulla, la gaviota y el ruiseñor. Los pequeños alados trenzan nidos sin miedo al vértigo y alardean de un suave anonimato, ajenos a tu bautizo y a mis ojos. Cómo quisiera que los tomaras en tu mano, caricia abierta de cinco dedos, y les pusieras nombres propios que ellos se sacudirán con espanto. Dí sus nombres, que tu voz sea bautizo, y yo abriré jaulas en el silencio de los hombres.
Pedro Ganossa

 

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