Fragmentos incluidos en la novela y sin comentar

#57

La pregunta siempre la propone la parte inmóvil.

#58

Secreta escuela de flotantes para comparar con piedad los fanatismos del mundo.

#59

No el libro dentro de otro libro, sino el libro-contra-otro-libro. Como aquel maestro de kung fu que entrena al amanecer contra su feroz adversario del vacío. Nosotros somos el vacío contra el cuerpo real del maestro. Libros paralelos.

#60

El desierto es despiadado como una fórmula matemática. Te acepta o te rechaza. Sin punto medio. Oposición al agua.

#61

Exotismo de pasear por los bulevares de Occidente como quien repasa una vieja enciclopedia de historia para confirmar gentilicios y pronombres. No menos exótico que el engolamiento latino, visiblemente desnudo, de creerse el futuro híbrido y salvaje, cósmico, sin prejuicios. Seguir la tercera vía, la secretamente vestida, que no encaja en ninguna parte, inasible, que hace guiños de reconocimiento entre nómadas y luego sigue tan callada, como si lo que se buscara es un lenguaje del desvanecimiento.

#62

Allí, al acecho, las bibliotecas flotantes nos esperan con su número cifrado de redes invisibles.

#63

Una mala ubicación de las palabras produce un corte en la piel del lenguaje. No todo pueden ser caricias para sobrevivir en intemperie.

#64

Enlazador de mundos, espejo del viento.

#65

Ir lo más lejos posible, permanecer lejos hasta que se borre la última señal que pueda guiar de regreso a donde no hay ni conviene el regreso. Irse y recomponer sobre un territorio distinto lo que ha quedado atrás, abandonado en la marcha. Sólo ese alejamiento puede salvarlo, si algo queda por salvar, frágil, precario, quebradizo, cuando el fuego anuncia la partida sin vuelta atrás, sin mirar atrás.

#66

Ramal a la mar.

#67

Desordena el hábito de un nombre dormido.

#68

Todos vienen de lejos y nadie es la excepción. Lo más visible de un cometa es la estela de su descomposición.

#69

La luna es la puerta más grande. El agua la más estrecha. El desierto la más inasible.

#70

El viaje no existe, sólo la estación. Al final, creemos que se acerca el tren que nos llevará de la única estación que hemos conocido. Pero el viaje no existe, sino apenas los testimonios acumulados de una multitud de esperas que han creado otro viaje.

#71

Pasajera carne, distinta a nosotros siendo nosotros.

#72

Hombres de negocio, vestidos de negro, sombría forma de oficiar en sus propias vocaciones. He visto a más de un muerto sonriendo por los beneficios de su propio entierro.

#73

No creo que exista un plan que no percibimos, más complejo y previsor que la más sofisticada estrategia. Sólo es la conciencia la que espera e interpreta a su provecho una señal inocente para reconciliarnos con nuestros propios actos.

#74

¿Qué sería del espanto sin los dioses?

#75

Narrar y pensar, dos verbos que conjuga el monstruo bifronte que no elegí.