Cuando alguien cuenta su propia historia ˇya está muerto!, y si aquel que la cuenta se sabe ya muerto, conversa, esperando respuesta, esperando el olvido, esperando el pasado, esperando un conjuro que lo regrese a la vida cambiado, pero vivo, suponiendo pronunciar las palabras correctas que cuenten otra historia, con voz firme, abierta, segura de lo que va a desatar.