El libro flotante de Caytran Dölphin

 

#55

Seguía llamándola con su antiguo nombre. No podía desprenderla de ese atavío de su nombre y ahora la despojo al extremo. V. está desnuda y sólo de verla así, desnuda al escuchar la sencilla letra de su nombre, algo no resuelto cruje en mí.

 

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